Triana Montalván
Triana, materia prima de la industria cerámica
El flamenco en corrales, fábricas y talleres
Triana, barrio histórico fuera de las murallas de la ciudad, se localiza en la orilla derecha del histórico cauce del Guadalquivir. Asentamiento con origen romano, se consolida durante el período medieval islámico, cuando surge la industria cerámica como principal actividad en Triana. El hecho de que aquí se construya el primer puente de la ciudad, el llamado puente de barcas sustituido en el XIX por el actual Puente de Triana, es prueba de su ubicación estratégica en la salida de la ciudad hacia el Aljarafe.
El mismo suelo de Triana como materia prima y su cercanía al río para el transporte explican su consolidación ya en el siglo XIX y XX, cuando aparece todo un sistema de fábricas y artesanos alfareros, de los que la Fábrica Montalván constituye un ejemplo significativo. Fábricas y talleres se integran en un barrio denso con los corrales de vecinos que, aunque presentes en toda Sevilla, van a ser especialmente característicos de Triana, marcando sus redes comunitarias y familiares, favoreciendo el surgimiento de industrias de corte familiar.
Junto con la cerámica, el flamenco ha estado históricamente presente en el barrio, tanto a través de la contribución de su población gitana como desde la participación de los payos, acompañando a su comunidad en los espacios íntimos de los patios de sus corrales, y en los espacios de trabajo de sus fábricas cerámicas.
Cerámica y flamenco se integran en una propuesta creativa que pone a dialogar ambos procesos productivos, y que se localiza en sus históricas fábricas cerámicas y se hace extensivo a los distintos espacios de Triana, públicos y privados, desde los ámbitos íntimos de los patios, al espacio colectivo por excelencia de sus calles. Desde el cambio del siglo XX al XXI, Triana se ha ido transformado hasta reinventarse dentro del perfil turístico de la ciudad, siendo el flamenco y la cerámica dos componentes esenciales de su oferta de turismo cultural: velar para que su memoria y valor patrimonial no pierda profundidad es fundamental frente a sus efectos a veces devastadores.
