Antigua Fábrica de Tabacos

Traído en barco desde Las Indias, el tabaco se transportaba envuelto en mantones desde el puerto hasta el Patio de los Fieles, se lavaba y se secaba en sus cubiertas.

Mujeres y hombres trabajaban en la fábrica desde principios del siglo XIX, aunque no podrían relacionarse en ningún momento bajo pena de cárcel. Los hombres a cargo de las labores administrativas y de aquellas que requerían un mayor esfuerzo físico; a las mujeres, las cigarreras, se les encomendaría la tarea más menuda de enrollar el tabaco, tarea que realizaban hacinadas. Respirando un aire cargado de polvo de tabaco, compartían el espacio con sus hijos/as a los que criaban en una atmósfera insalubre.

Mantones que reutilizaban las cigarreras como prendas de abrigo y más tarde los decoraban, dando inicio a la tradición del mantón de manila. Su inclusión en el baile flamenco, y en concreto en los denominados bailes de ida y vuelta con influencias americanas, nos permiten trazar la relación histórica de esta fábrica, bella muestra de patrimonio industrial, con el flamenco, conectarla con la industria artesanal de los mantones, sus valores intangibles, su peligro de desaparición.