Plaza del Triunfo
Centralidad histórica de un espacio público en transformación
Su contemporaneidad turística: nuevos límites y dinámicas urbanas
La Plaza del Triunfo es un enclave central en la estructura urbana histórica de Sevilla. Su situación estratégica entre los edificios más emblemáticos de la ciudad así lo atestigua: los Reales Alcázares, la Catedral, el Archivo de Indias —antigua Casa Lonja—, la desaparecida Casa de Contratación o las manzanas que albergaban la Cilla del Cabildo o el Hospital del Rey. En 1987 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias; la Declaración de Brasilia en 2010 reincide en su valor integral de conjunto por lo que la Plaza del Triunfo, adquiere una especial singularidad.
Su carácter de centralidad se corrobora con los diferentes nombres que adoptó a lo largo de la historia: plaza de Palacio y plazuela de la Lonja, que muestran la importancia de los edificios que la circundaban, para, a partir del terremoto de 1755, adoptar el nombre actual de Plaza del Triunfo, debido al monumento que se instaló junto a la fachada del Archivo de Indias.
Su perímetro se ha visto modificado en los últimos siglos debido a las demoliciones de edificaciones como el Corral de los Olmos —que afectó a la comunicación que establecía con la Plaza Virgen de los Reyes— o de las casas adosadas a la muralla de los Reales Alcázares junto a la Puerta del León. La comprensión de su espacio interior también ha cambiado, especialmente tras la conmemoración del triunfo que marcó un eje de referencia para la ordenación del espacio público. Este cambiaría con la construcción del monumento a la Inmaculada Concepción en 1918 en el centro de la plaza, lo que provocará la construcción de una plataforma central que ordenó el espacio peatonal y rodado.
Actualmente la plaza tiene un marcado carácter turístico, que se ha visto favorecido por su consideración como espacio peatonal, solamente matizada por la presencia de los carruajes. Si bien a finales del siglo XIX la plaza se vio colonizada por el tranvía y, desde mediados del siglo XX, por la masiva presencia de los vehículos privados, en los últimos años se ha conseguido revertir dicha situación, aunque su compresión espacial sigue condicionada por la ordenación que se efectuara en las décadas atrás.
