Acerca de la exposición

Creatividad en pandemia

Sevilla, Industria de Creatividad estaba fijada entre abril y junio de 2020, y como tantas cosas, fue arrastrada por la pandemia. Las noticias del estado de alarma eran ambiguas; no alcanzábamos a imaginar el cambio profundo que provocaría. Decidimos adelantar al viernes 13 de marzo la medición de la sala, tras recibir noticias confusas de un futuro incierto.

Ya en 2019 habíamos comenzado a estudiar las salas, a comprobar su idoneidad para la muestra, y hacernos así con el espacio expositivo del CICUS; fuimos también a comprobar el material y los soportes disponibles —vitrinas, pantallas, muros expositivos—.

La exposición se cancela. Decidimos seguir trabajando. El diseño y desarrollo de la exposición supone un hilo de continuidad en la incertidumbre pandémica. Buscamos la manera. Los miércoles a las 12.30 se conectaba la parte del equipo que estaba disponible, casi siempre al completo. Al principio formas rudimentarias que nos permitían hablar y vernos. Luego llegó la familiaridad con la plataforma de la universidad y sus salas virtuales, que nos permitían compartir y visualizar el material en tiempo real.

Diseñar en un espacio inaccesible

Desde el punto de vista de la documentación a mostrar, el reto principal era integrar documentación histórica con producción contemporánea en diversos formatos, conservando una idea clara y un montaje íntegro a la vez que visual.

A la incertidumbre sobre la evolución de la situación sanitaria, se unían las dudas sobre la viabilidad de desarrollar una exposición física y la disponibilidad de un espacio donde los reajustes de calendario podrían causar cambios inesperados. En esta situación decidimos centrarnos en el material del que disponíamos y estudiar desde distintas perspectivas cómo abordar el diseño de la exposición.

La imposibilidad de revisitar la sala nos empujó a trabajar en la espacialidad de la muestra de manera gráfica, acompasando las reflexiones conceptuales y de diseño con su relato espacial. Desde fechas tempranas, tenemos dibujada la sala, y vamos insertando cada elemento que se va decidiendo, y perfilándolo cada semana; textos, documentación histórica enmarcada, elementos textiles y soportes expositivos, todo ello en verdadera dimensión, comprobando escala, facilitando el diálogo entre ellas.

Alzado abatido. Roberto F. Alonso Jiménez, 2020.

Estudiamos desde las lecturas parciales de entornos y proyectos a la visión conjunta realizando distintas combinaciones, alteraciones y agrupaciones, delimitando espacios e incluso alterando direcciones de lectura. Finalmente optamos por responder a una organización de contenidos vinculada al espacio y su sentido de lectura, diseñando una composición en tres escalas de forma simultanea:

La primera escala

La primera escala, ofrece una lectura general de cada uno de los cinco espacios patrimoniales: antigua fábrica de Tabacos, Plaza del Triunfo, Polígono San Pablo, antigua fábrica de cerámica Montalván en Triana y el Puerto. De cara a transmitir una narrativa visual sin renunciar a la singularidad de cada uno de ellos, se inicia cada uno de ellos con un elemento de gran dimensión, formalizado en un gran textil, en el que identificamos cada uno de los cinco espacios con una imagen representativa, un texto histórico a modo de presentación, y una miniatura del plano de la ciudad, que se indica la ubicación del espacio.

La segunda escala

La segunda escala, se centra en un discurso interno de cada uno de los cinco espacios patrimoniales que mostramos, que integra una documentación histórica —ortofotos, planimetrías y fotografías— y una documentación contemporánea, con fotografías y collages, todo ello sobre pared. El relato histórico comienza siempre con 3 ortofotos del espacio industrial a modo de eje cronológico; le siguen planimetrías históricas impresas sobre cartón pluma, así como pinturas y/o fotografías históricas.

La tercera escala

Una tercera escala sirve para cerrar la documentación con la que se reinterpreta cada espacio en la contemporaneidad a la vez que recoge las propuestas creativas de su regeneración a partir de la música y la danza en el marco de la Bienal de Flamenco y desde la condición de Sevilla como Ciudad Creativa. Montajes de imágenes —que pueden ser tipo collage, matriz de fotografías, imágenes retocadas así como elementos audiovisuales— componen esta sección en cada uno de los espacios, introduciendo la luz, el sonido y el movimiento en la sala. Un artefacto retroiluminado localiza en estratos superpuestos móviles la interpretación creativa y se acompaña con videos que desarrollan cada intervención creativa.

Se consigue una integración con una lectura cruzada entre paredes enfrentadas: mientras que los cinco lugares patrimoniales ocupan los alzados más largos de la sala construyendo ese discurso pormenorizado, el fondo de la sala ofrece en distintos soportes material cerámico original, que permite introducir el valor patrimonial del trabajo y sus procesos artesanales e industriales. Dibujos a escala real de elementos cerámicos diseñados para el Pabellón de Uruguay o pináculos en distintas fases de fabricación construyen una visualidad completada por objetos varios en vitrina e incluso chimeneas en peanas sobre el suelo de la sala.

La pared introductoria por último, inicia e integra toda la exposición con un plano de la ciudad, donde localizamos los cinco espacios patrimoniales de la exposición Sevilla, Industria de Creatividad. Como elemento singular y recopilatorio de toda la exposición, se trata de un plano abstracto de la ciudad de Sevilla. La geometría de la ciudad se triangula, y las curvas del río Guadalquivir desaparecen para dar lugar a una figura de líneas rectas. En cada triángulo se coloca un fragmento de una imagen que forma parte de la exposición: desde fotografías históricas, hasta dibujos o planimetrías. Cada imagen se coloca en el plano en el punto geográfico al que hace referencia. Las imágenes aparecen en blanco y negro, y tan sólo se aplica un filtro de color a los cinco espacios industriales en los que se divide la exposición. La ciudad de Sevilla y su representación planimétrica se convierten en la imagen de la exposición.

Alzado

Alzado de la exposición. Roberto F. Alonso-Jiménez, 2020.

Desliza hacia la izquierda para ver el alzado completo en el sentido de la exposición

Selección documental, con los archivos cerrados

La búsqueda de documentación se realizó en diversas fuentes de información, fundamentalmente, de carácter online, debido a la crisis sanitaria que, lógicamente, también afectó al proceso documental. Sin embargo, los procesos de digitalización emprendidos en las últimas dos décadas por archivos y colecciones nos han permitido acceder de manera abierta a una gran cantidad de información en pleno confinamiento y, en algunos casos, incorporarla directamente como material expositivo, dado la alta calidad de esta.

La documentación incluyó material de diversa naturaleza y de diferentes fuentes:

La búsqueda documental para construir el relato histórico de los cinco lugares y arquitecturas de la ciudad de Sevilla supuso manejar fototecas, visores, archivos y fondos tanto de carácter privado como público.

Las fotografías y postales históricas se consultaron en las fototecas del Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, del Instituto del Patrimonio Cultural de España y del fondo Joaquín Turina de la Fundación Juan March. Un caso particular fue el de la fotografía de La Cigarrera, de Jean Laurent, que se localizó en los fondos digitalizados del Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Otra documentación de gran interés fue la referente a las fotografías aéreas de Sevilla, facilitadas por la Infraestructura de Datos Espaciales de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla (IDE.Sevilla): su visor permitió la consulta y descarga de las localizaciones estudiadas en diferentes años.

Las planimetrías históricas se obtuvieron del Instituto Geográfico Nacional, así como del Archivo General de Simancas del Ministerio de Cultura y Deporte, del Archivo del Museo Naval de Madrid, perteneciente al Ministerio de Defensa y de la Cartoteca de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla, consultable todo en sus respectivas páginas web.

Por último, se recurrió a algunas obras de arte que fueron localizadas a través del portal CERES del Ministerio de Cultura. Así, se pudo acceder a reproducciones digitales de obras de arte del Museo de Bellas Artes de Sevilla, como Las Cigarreras de Gonzalo Bilbao Martínez o Triana de Emilio Sánchez Perrier. Algunos archivos, como este de Bellas Artes, contrarrestaban los estragos de la pandemia permitiendo el uso gratuito de sus fondos.

Además de la consulta a organismos públicos, se recurrió a documentos generados a partir de investigaciones efectuadas por profesores de la Universidad. Ese fue el caso de los planos de la antigua fábrica de Tabacos que produjo José Morales para su tesis doctoral; o las fotografías históricas de la barriada de San Pablo facilitadas por Victoriano Sainz, resultado de sus publicaciones en la línea de investigación de urbanismo y vivienda social y que, a su vez, obtuvo de la consulta en archivos privados como el de Gregorio Cabeza Rodríguez o Pablo Arias García.

Otro caso particular de aportación privada fue la que se derivó de la visita a los fondos de la fábrica Montalván. Este legado estaba compuesto por documentos de diversa índole: dibujos preparatorios, planimetrías, croquis, cuadernos de anotaciones, objetos cerámicos... Sin duda, la presencia de este material en la exposición enriqueció y ofreció el necesario contrapunto a la gran cantidad de documentación obtenida por medios online, mostrando así la importancia de recurrir a todas las fuentes posibles.

Volver a medias

Cuando en junio de 2020 se comienza tímidamente a reorganizar la agenda de exposiciones, nuestra investigación documental y diseño expositivo estaba listo. Se compactó el calendario para evitar dejar a nadie fuera de la agenda. A cambio, la exposición Sevilla, Industria de Creatividad finalmente disminuyó drásticamente su tiempo de exposición a dos semanas, entre el 8 y el 22 de septiembre de 2020.

En julio de 2020 hicimos ya una visita a la sala con el equipo técnico de montaje e instalaciones del CICUS. Agosto estaría cerrada y la exposición comenzaba el 8 de septiembre así que nuestro trabajo durante el mes de agosto se centró en la elección de materiales y sistemas soporte, y en la mínima producción de la documentación gráfica que era posible en esas fechas estivales.

El 31 de agosto ya estábamos en los talleres Trillo revisando y fijando definitivamente los textiles, los soportes para impresión de documentación gráfica, tanto histórica como contemporánea, y los vinilos para rótulos. El 1 de septiembre entramos en sala y allí trabajamos en equipo hasta el mismo 8 de septiembre: apurando como viene siendo habitual en los montajes. Con una diferencia: llevábamos meses sin poder trabajar juntos con esa continuidad e intensidad, así que la presión del montaje se compensó con la alegría que nos daba reencontrarnos cada mañana y cada tarde: trabajar en un lugar real con un equipo parecía cosa de magia. Siendo además arquitectos/as el proceso de montaje, el enfrentarnos a la materialidad y a la formalización de la idea tras tanto tiempo limitados a una pantalla intensificó la experiencia emocional de este proceso creativo.

El equipo creció. Fundamental ahora la colaboración con el comité encargado de fabricación digital, la asistencia para el montaje de los expositores para mapas de los diseñadores. El equipo de montaje del CICUS fue fundamental: aprendimos y trabajamos en una colaboración que parecía remontarse a décadas. El plano de diseño y montaje fue así recogiendo las conversaciones y propuestas desde el conocimiento experto.

La inclusión de la variable audiovisual en un espacio único lineal presentaba un nuevo reto. Un total de seis videos generaban un conflicto sonoro a resolver: el uso de los auriculares en sala no eran una opción. Trabajamos en este caso con el equipo encargado del sonido, privilegiando aquellos que queríamos que prevalecieran, todo ello valorado desde la experiencia auditiva en sala. Así mismo, probamos el tamaño de proyección de cada uno de los videos para finalmente asignar las pantallas y proyectores.

En los pocos días que abrió al público nuestro montaje quedó patente la necesidad de una exposición virtual. Con la misma, surge un proyecto paralelo: no puede ser una reproducción o representación de la exposición física, aunque debe ser fiel a su narrativa y a una cierta experiencia en el conocimiento y disfrute de la muestra, además de la oportunidad de incorporar material adicional, que recogería reflexiones y ramificaciones en las áreas expertas que allí congregábamos. Surge así el proyecto complementario de las microcharlas, que aquí también os presentamos.

La exposición Sevilla, Industria de Creatividad tuvo lugar en el CICUS entre el 8 y el 22 de septiembre de 2020. Se trata del antiguo Convento de Madre de Dios, situado en el céntrico barrio sevillano de San Bartolomé y construido en el año 1572.

El edificio constituye una pieza de gran valor patrimonial, encontrándose catalogado por la Universidad de Sevilla entre sus bienes de patrimonio histórico-artístico, así como protegido por el Plan Especial del Centro Histórico de Sevilla.

Exposición física

Comité de comisariado

Mar Loren-Méndez
Dirección
Daniel Pinzón Ayala
Gestión documental
Roberto F. Alonso-Jiménez
Coordinación
María Álvarez de los Corrales Fernández
Pedro García Agenjo
Diseño gráfico y producción

Producción y montaje

Esteban Guzmán Espinosa
Isidoro Guzmán Espinosa
Otto Pardo
Montaje e iluminación
Buenaventura Producciones
Audiovisuales
Trillo Comunicación Visual, S.L.U.
Cartelería y trabajos de impresión

Entidades organizadoras

CREhAR
Cátedra UNESCO
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Universidad de Sevilla

Entidades promotoras

Vicerrectorado de Investigación
Universidad de Sevilla
CICUS
Universidad de Sevilla
Cerámica Montalván S.A.
Triana

Exposición virtual

Mar Loren-Méndez
Jacques Maes
Idea original y contenidos específicos
Jacques Maes
Programación y diseño Web
Marta Freniche Velázquez
María Álvarez de los Corrales Fernández
Gestión documental y colaboración con el diseño Web

Microcharlas

Mar Loren-Méndez
Dirección, formato y guión
María Álvarez de los Corrales Fernández
Marta Freniche Velázquez
Coordinación
Roberto F. Alonso-Jiménez
María Álvarez de los Corrales Fernández
Marta Freniche Velázquez
Pedro García Agenjo
Filmación
Marta Freniche Velázquez
Edición